
Aprende a hacer esta deliciosa receta de helado de té verde matcha al estilo japones, con o sin heladera, a través de unos pasos muy sencillos.
Comenzamos la receta de helado de té verde matcha poniendo la leche a calentar en un cazo a fuego lento.
La llevamos a ebullición, y cuando este caliente, añadimos el té matcha sin parar de revolver para mezclarlo bien.
Retiramos el fuego cuando rompa a hervir, dejándola reposar unos 5 minutos, removiendo de vez en cuando.
En un recipiente apto para usar en baño maría ponemos las yemas de huevo con el azúcar y mezclamos bien hasta obtener una pasta homogénea.
Añadimos la leche tibia con el te matcha a las yemas y mezclamos.
Ponemos el recipiente al baño maría y cocemos a fuego lento sin parar de remover.
Retiramos cuando comience a espesar, y seguimos removiendo un poco más.
Apartamos y dejamos enfriar.
Mientras tanto, montamos la nata con unas barillas eléctricas o de forma manual en un recipiente a parte hasta lograr una consistencia firme.
Vamos incorporando la mezcla anterior a la nata ya montada poco a poco, poniendo pequeñas cantidades y batiendo con las barillas para que la nata no pierda consistencia mientras se integran todos los ingredientes.
Ponemos la mezcla en el congelador, y dejamos que pasen unas 2 horas para que se enfríe.
Sacamos del congelador y batimos con la batidora para que quede mas cremoso.
Volvemos a meter en el congelador, y sacamos cada 2 horas para repetir la operación batiendo la mezcla 2 veces mas. Así el helado queda mas cremoso, y no se derrite porque evitamos que se formen cristales de hielo en su interior.
Una vez terminados los 3 ciclos de batido, reservamos el helado en el congelador cubierto con papel film, y dejamos pasar 24 horas hasta poder consumirlo.
Esta receta casera de helado japonés de té matcha se puede hacer también con heladera para lograr una textura muy cremosa. Si no tienes heladera, con las varillas eléctricas también conseguirás una consistencia perfecta.
Prueba a hacer tu helado con menos calorías sustituyendo la leche entera y la nata por leche vegetal, así como edulcorantes o dátiles en lugar de azúcar, haciendo un helado vegano o vegetariano muy cremoso, dulce y refrescante para el verano.