A día de hoy, se siguen contando por decenas los países que aplican la pena capital para algunos de sus condenados. La pena de muerte en Japón es algo que nos sorprende mucho en occidente, ya que tenemos a este país como uno de los más avanzados del último siglo.
Sin embargo, poco han cambiado las sentencias y penas que se aplican en Japón desde hace muchos años. Es el Ministerio de Justicia japonés el que impone las sanciones a los acusados, aplicándose la máxima pena en aquellas prácticas delictivas que están acogida en su Código Penal.
¿Te gustaría saber por qué continúa la tradición en Japón? ¿Cómo se aplica la pena de muerte? ¿Qué tipos de delitos son los que pueden llevar a un acusado a cumplir esta sentencia? ¿Quiénes han sido los últimos acusados que han recibido la condena a muerte?
Descubre todos los detalles, qué situación hay en la actualidad y qué previsiones de futuro se estiman. Te sorprenderá cómo la pena de muerte en Japón sigue siendo una de las más crueles de los países desarrollados, que atenta sobre los derechos humanos.
¿Qué es la pena capital?
La pena capital, también conocida como pena de muerte o ejecución, es un tipo de castigo a través del cuál se provoca la muerte a la persona que ha sido condenada por el Estado. Estas penas están establecidas según la legislación del país en las que se aplican, considerándose diferentes los ‘delitos capitales’ que hay en cada lugar.
Algunos de los países que sabemos en la actualidad que tienen pena de muerte son Estados Unidos, China, Corea del Norte, Etiopía o Irán. Algo menos conocidas son las penas capitales de Tailandia, Vietnam, India o Egipto, que pasan un poco más desapercibidas, ya que en occidente no solemos escuchar tantas noticias sobre ellas.
Pero lo que más sorprende a muchos es que en Japón también hay pena capital. Esto quiere decir que cuando cometes un crimen, además de poder ir a la cárcel en Japón, corres el riesgo de que te juzguen y condenen a muerte.
Sin embargo, los motivos por lo que en Japón se condena a muerte son muy específicos, y todos ellos se contemplan en el Código Penal. En las últimas décadas el número de condenados ha disminuido considerablemente, aunque por supuesto, siguen dándose algunos casos.
¿En Japón existe la pena capital?
El debate sobre la pena de muerte es algo muy delicado para la mayoría de personas. Amnistía Internacional es una de las principales asociaciones que trabaja por la defensa de los derechos humanos, siendo la pena capital uno de los temas en los que se centra su lucha.
Japón es un país en el que prácticamente desde siempre ha existido la pena capital como castigo para aquellos que cometían crímenes considerados de alta gravedad.
A excepción del periodo Nara y el periodo Heian, en el que la forma de juzgar a los acusados no contemplaba la pena de muerte por motivos budistas, a lo largo de su historia se ha mantenido esta alternativa dentro del Código Penal.
Hoy en día se mantiene. Las sentencias de muerte son emitidas por el Ministro de Justicia japonés que esté en el cargo en el momento del juicio del acusado, y se suelen emitir principalmente en caso de asesinatos múltiples, asesinatos con agravantes, y otros delitos que atenten contra el país y la población general.
Pero esto no es lo más polémico. Si bien las sentencias capitales deben cumplirse en un plazo máximo de 6 meses tras su dictamen, este punto no suele cumplirse. Los reclusos son tratados con un nivel de sadismo que se considera excesivamente elevado, privándoles de los derechos humanos más básicos y prolongando su agonía sin que sepan exactamente en qué momento serán ejecutados.
La pena de muerte en Japón en la actualidad
La pena capital es una pena legal en el país nipón. La ley recoge dentro del código penal un total de 14 delitos que podrían aplicar a la pena de muerte, entre los que se incluye:
- La conspiración contra el país para ocasionar una guerra civil
- Conspiración con un país extranjero que pudiera provocar una guerra contra Japón
- La obstrucción de los servicios de ferrocarriles, aviones o barcos que provoquen víctimas mortales
- La provocación de incendios, inundaciones o uso de bombas que tengan como resultado la muerte de una o varias víctimas…
Por supuesto, el asesinato también podría llevar al acusado a enfrentar una pena capital, siendo este el principal motivo por el que en los últimos años se ha recurrido a este castigo.
Las penas de muertes en Japón se emiten en la actualidad solo en casos extremadamente graves, que impliquen varias víctimas mortales, crueldad extrema, tortura de la víctima, o incluso demanda de rescate.
Concretamente desde el año 2000, en Japón han sido ejecutados 98 condenados a muerte. Para cumplir esta pena, los reos son ahorcados en alguna de las 7 cámaras de ejecución que se pueden encontrar en las principales ciudades del país.
El condenado se entera de que le van a ejecutar tan solo unas horas antes, cuando se le ofrece la última comida. Mientras tanto, pueden pasar meses, e incluso años, desde que se dicta la sentencia hasta que se cumple, manteniendo una gran tensión y ansiedad en el reo, que viven en unas condiciones muy duras durante sus años en el corredor de la muerte.
Últimos casos de pena de muerte en Japón
Seguramente te suene el caso del ataque con gas sarín que ocurrió en 1995 en el metro de Tokio. Los responsables, de la secta religiosa Aum Shinrikyo, entre los que se encontraba Shoko Asahara, fueron ejecutados en 2018 tras haber sido condenados a pena de muerte.
Tanto Shoko Asahara como los otros 6 acusados de la secta que fueron encontrados culpables del crimen fueron condenados a muerte en 2004. Desde que se cometió el crimen y fueron encarcelados, hasta que se dictó sentencia y luego se cumplió, pasaron muchos años en los que los presos estuvieron en el corredor de la muerte.
Otro caso más reciente fue el del ataque que se llevó a cabo en 2008 en Akihabara, provocando 7 víctimas mortales y 10 heridos tras un atropello masivo y posterior apuñalamiento de las personas que se encontró en su camino.
Su autor, Kato Tomohiro fue sentenciado, y años más tarde, después de que sus abogados recurrieran, finalmente fue ejecutado el 26 de julio de 2022.
Yamagami Tetsuya es otro de los que se encuentran a la espera de su sentencia tras haber asesinado al ex primer ministro de Japón, Shinzo Abe.
El pasado 8 de julio de 2022 cometía el crimen de magnicidio disparando a Abe por la espalda durante un discurso en la ciudad de Nara. Se espera que sea condenado a pena de muerte, o como mínimo, a una dura condena por sus actos.
Publicación de las ejecuciones en Japón
Si bien antiguamente no se anunciaban las ejecuciones que se realizan en Japón, esta información se empezó a hacer pública en 1998 de manos del Ministro de Justicia Nakamura Shozaburo. En 2007, el ministro Hatoyama Kunio también ordenó hacer público en nombre de los sentenciados y el lugar dónde se realizaban las ejecuciones.
La información la puedes ver por ejemplo a través de la página de Wikipedia, que muestra la lista de ejecuciones en Japón desde la reanudación de la ley en 1993 tras la última moratoria que duró 4 años.
Estos datos son publicados a posteriori de la ejecución, ya que ni si quiera se avisa a los abogados o familiares del condenado antes de cumplir la sentencia. La espera es muy dura para todas las partes afectadas, ya que los presos en el corredor de la muerte están totalmente incomunicados, y en unas condiciones prácticamente infra-humanas.
¿Cómo es el procedimiento de sentencia y ejecución?
Tras haber cometido un crimen o tener sospechas de ello, todo japonés irá a juicio para ser juzgado. No se sabe a ciencia cierta, pero se dice que en Japón a veces se fuerza a confesar a los sospechosos, incluso si no hay pruebas suficientes en su contra.
Para que se estime pena de muerte, como ya hemos avanzado, el Código de Procedimientos Criminales de Japón incluye determinados delitos entre sus leyes. En todo caso, es el Ministerio de Justicia quien determina los criterios a considerar para solicitar o no la pena capital.
En los últimos años, esto ha dependido mucho del Ministro de Justicia que ocupara el cargo en el momento del juicio. El ministro es la figura de autoridad que firmará la sentencia y la pertinente orden de ejecución.
Según la ley japonesa, la ejecución debe realizarse en el plazo máximo de 6 meses tras la última apelación de sentencia por parte del condenado y la firma de la orden de ejecución.
Sin embargo, en la actualidad, el tiempo que pasa un en el corredor de la muerte se sitúa entre 6 y 7 años de media; a veces incluso mucho más. El periodo más corto entre una sentencia y su ejecución ha sido de alrededor de 1 año. En cambio, el tiempo más largo se ha demorado hasta más de 19 años.
Los presos condenados a muerte se encuentran en prisiones especiales donde se mantienen aislados del resto de reos. No saben en qué momento serán ejecutados hasta la mañana del mismo día en que ocurrirá. El hecho de no saber cuándo se cumplirá la condena ocasiona grandes trastornos mentales a los condenados. Esto se considera una forma de tortura que incumpliría la Ley de Derechos Humanos.
El día de la ejecución solo se informa al propio reo de lo que ocurrirá. Sus familias serán informadas a posteriori. Se le da la última comida bajo petición, y horas más tarde será llevado a la cámara de ejecución. Hace algunos siglos se utilizaban en Japón dos métodos de pena capital: la decapitación y el estrangulamiento.
En la sala contigua hay 3 funcionarios que pulsarán cada uno un botón, pero solo uno de ellos accionará la trampilla, y así no saber cuál de ellos ha accionado la trampilla para evitar cualquier tipo de remordimiento.
Actualmente solo existe la horca. En este vídeo de Youtube puedes ver una representación con actores de cómo sería el proceso de ejecución en Japón.
La pena de muerte en el país nipón en el futuro
En Japón existe un problema con la pena de muerte que no se contempla en otros países. Hay un gran hermetismo en cuanto al tratamiento de los condenados, evitando dar información a la población hasta el mismo momento de las condenas y de las ejecuciones.
Por ello, la población japonesa no es consciente de lo que conlleva este sistema de justicia para la sociedad general. No saben, ni parecen estar interesados en saber, cómo son tratados los presos. De hecho, tienen una creencia muy consistente de que los condenados no debería tener ningún tipo de derechos tras haber cometidos los crímenes por los que han sido juzgados.
Algunos ministros que han ocupado el cargo dentro del Ministerio de Justicia han manifestado sus pensamientos en contra de las leyes actuales, aunque después se han tenido que retractar de sus palabras.
El ministro Sugiura Seiken intentó evitar las ejecuciones durante su mandato cuando ocupó el cargo en 2005, al igual que Chiba Keiko como primera ministra de justicia, o Eda Satsuki en 2011, siendo algunos de los primeros en intentar abolir la pena capital.
Si bien la población japonesa no se interesa por el tema, y hasta el momento los ministros que han intentado cambiar la ley para adaptarla mejor a los derechos humanos no han tenido mucho éxito, las críticas sobre la pena de muerte en Japón crecen como la espuma fuera de sus fronteras. Seguramente en unos años cambiará o se conseguirá su abolición. Hasta el momento los casos de pena de muerte siguen dándose de manera tan disimulada que casi nadie es consciente de ello.
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Apasionada de los viajes y completamente enamorada de Japón. Ya son 3 veces las que he visitado Japón. Nunca un país me conquistó tanto. Únete a nuestro grupo de Mochileros en Japón en Facebook o a nuestro grupo de Whatsapp e interactúa con otros viajeros. ¿Tienes alguna pregunta? Entra en los grupos y resuelve tus dudas con otros usuarios 🙂